La descomposición térmica de materia orgánica en un incinerador de residuos (también conocida como incineración) se refiere al proceso de quemar residuos a altas temperaturas para reducir su volumen y potencialmente recuperar energía. Este proceso implica la descomposición química de compuestos orgánicos a altas temperaturas, generalmente en presencia de oxígeno. Su objetivo principal es convertir los residuos en materiales más pequeños, estables y potencialmente reutilizables, a la vez que genera calor que puede utilizarse para la generación de energía u otros fines.
A continuación, se detalla este proceso:
Alta temperatura:
Los residuos se calientan a temperaturas extremadamente altas (normalmente superiores a 850 °C o 1562 °F).
Aeróbico:
El proceso ocurre en presencia de suficiente oxígeno para provocar la combustión y oxidación de la materia orgánica.
Descomposición química:
Las altas temperaturas descomponen moléculas orgánicas complejas en compuestos más simples.
Combustión:
El material combustible se oxida, liberando energía térmica.
Reducción de volumen y masa:
La incineración reduce significativamente el volumen y la masa de los residuos originales.
Recuperación de energía:
El calor generado puede capturarse y utilizarse para producir vapor, que posteriormente puede emplearse para generar electricidad o para otros procesos industriales. Generación de cenizas:
Tras la incineración, los componentes incombustibles de los residuos y las cenizas generadas durante el proceso de combustión permanecerán.